Un detalle que puedes dar por mil razones y una más.
Cada creación está impregnada de amor, recuerdos y pasión. Para nuestra fundadora, Mónica Olea Villanueva, la cocina siempre ha sido un lugar mágico que conecta a las personas.

Nuestra historia:
Desde pequeña, la cocina fue el corazón de mi hogar, donde mi papá, con su intuición y buen gusto, transformaba sabores y texturas en algo único. Participar en ese proceso, picar, batir y mezclar, era más que un juego, fue el inicio de mi pasión por la repostería.
Nuestra misión:
Más que un dulce, nuestras creaciones son un apapacho, un detalle pensado para recordar lo importante que es demostrar lo que sentimos, ya sea un bark artesanal, una delicia gourmet o un dulce enchilado, cada producto cuenta una historia y lleva un pedacito de alma.